TOC o Trastorno Obsesivo Compulsivo se caracteriza por pensamientos recurrentes e intrusivos que se imponen al enfermo sin que éste los pueda controlar. Estos pensamientos reciben el nombre de obsesiones. Las obsesiones son semejantes a una película que quien las padece las utiliza como una forma de autocastigo ya que se sabe como empiezan, como terminan, siempre tienen un contenido que le produce malestar, gastan una gran cantidad de energía dificultando de esa manera el desarrollo normal de las tareas diarias, trabajo, estudio… Las obsesiones tienen también la finalidad de conseguir que pensamientos que el sujeto siente como peligrosos permanezcan en el inconsciente sin acceder a la consciencia con el fin de evitar la angustia, el sufrimiento que el sujeto supone que le podrían causar.
En ocasiones se trata de un temor
a que algo malo pueda suceder. Son ideas o temores que se impone de manera
reiterativa sin que quien los padezca se los pueda quitar de la cabeza.
En la variante compulsiva el
paciente queda atrapado en rituales y manías que le pueden ocupar mucho tiempo
cada día, rituales como: lavarse las manos, comprobar reiteradamente una determinada
acción como por ejemplo comprobar si se ha cerrado bien la puerta al salir de
casa, si se ha apagado el gas, si se ha cerrado el grifo; realizar determinadas
acciones sin sentido y repetirlas un número determinado de veces con el fin de
evitar una posible desgracia… Acciones que se pueden llegar a eternizar ya que
casi siempre van acompañada de la duda,”¿he contado bien? Por si acaso vuelvo a
empezar”. La desgracia que se trata evitar es la que se teme les ocurra a los
seres queridos, por eso si el ritual no se realiza de la forma que se considera
adecuada, aparece la angustia.
La culpabilidad y los reproches
en la neurosis obsesiva están muy presentes. El obsesivo se siente culpable de
algo que desconoce, de algo que no cometió. Son reproches que se refieren a
situaciones de la niñez en las que se ha obtenido placer, ¿por qué?
Los sentimientos de culpabilidad
se originan en la etapa infantil del sujeto cuando comienza a descubrir que
todo lo que le causa placer es rechazado, prohibido, castigado por los adultos.
El niño se va a sentir culpable de desear, se va a sentir culpable
principalmente de sus fantasías eróticas y amorosas con el progenitor del sexo
opuesto y por las de excluir e incluso destruir a las del propio sexo. Así
mismo se va a sentir culpable por la transgresión que para los adultos
constituye la actividad masturbatoria de la que tanto disfruta.
El neurótico obsesivo teme y
reprime el odio infantil que siente hacia el padre debido al deseo que siente
hacia su madre. Teme que sus fantasías destructivas se cumplan. El sentimiento
de odio no es tolerado por la consciencia y es rechazado al inconsciente. Al
mismo tiempo, el neurótico obsesivo espera la muerte del amo absoluto, el final
de su mandato, para empezar a vivir, para empezar a tener deseos. Las fantasías
edípicas y las vicisitudes de la historia edípica quedarán reprimidas y
constituirán una parte fundamental de lo inconsciente emergiendo en etapas
posteriores de la vida de manera sintomática, entre otras formaciones posibles
bajo la forma de sentimientos de culpabilidad.
Los sentimientos de culpabilidad
pueden inhibir y paralizar cualquier acción (pensar, aprender, andar, ver,
amar) y producir todo tipo de síntomas, manifestaciones somáticas, obsesiones,
depresión, angustia y afectar a la vida de relación en general y a la
sexualidad en particular.
El TOC tiene su origen en la historia infantil del sujeto, en cómo se ha desarrollado en esa etapa la relación con los padres, en definitiva, en cómo fue su historia en la etapa edípica. La neurosis obsesiva pone de manifiesto un conflicto respecto a la sexualidad infantil, conflicto originado en el niño tanto por una fuerte represión de las manifestaciones sexuales infantiles, como por un exceso de erotización, por parte de los padres. El neurótico obsesivo va desarrollando síntomas para no sentir angustia. Si se le impide que lleve a cabo sus rituales, abluciones o cualquiera de sus síntomas, automáticamente se angustia.
Trabajar en la terapia todo lo relativo a la historia edípica del sujeto que padece TOC, tiene como resultado que éste pueda llegar a reconocer, aceptar, comprender, el porqué de esas fantasías sexuales y agresivas que tanto le condicionan, lo que conduce a una disminución de los sentimientos de culpabilidad y, por tanto, a la desaparición, al no ser ya necesarios, de la mayor parte de los rituales obsesivos.
El TOC tiene su origen en la historia infantil del sujeto, en cómo se ha desarrollado en esa etapa la relación con los padres, en definitiva, en cómo fue su historia en la etapa edípica. La neurosis obsesiva pone de manifiesto un conflicto respecto a la sexualidad infantil, conflicto originado en el niño tanto por una fuerte represión de las manifestaciones sexuales infantiles, como por un exceso de erotización, por parte de los padres. El neurótico obsesivo va desarrollando síntomas para no sentir angustia. Si se le impide que lleve a cabo sus rituales, abluciones o cualquiera de sus síntomas, automáticamente se angustia.
Trabajar en la terapia todo lo relativo a la historia edípica del sujeto que padece TOC, tiene como resultado que éste pueda llegar a reconocer, aceptar, comprender, el porqué de esas fantasías sexuales y agresivas que tanto le condicionan, lo que conduce a una disminución de los sentimientos de culpabilidad y, por tanto, a la desaparición, al no ser ya necesarios, de la mayor parte de los rituales obsesivos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario