La fuerza de voluntad, la fe, no
tener miedo al fracaso, son la clave del éxito incluso en las condiciones más
adversas. "Querer es poder, más hace el que quiere que el que puede, podemos hacer lo que deseemos si lo
intentamos lo suficiente", son sentencias que escuchamos con frecuencia que se
pueden acompañar de muchos ejemplos conocidos por todos. Obviamente para salir
de una situación de malestar lo primero que hay que hacer es querer que así
sea. Creo que hay mucha gente que quiere y puede pero trabajo continuamente con
personas que quieren pero no pueden: estudiantes que quieren aprobar exámenes,
terminar su carrera y queriendo estudiar no pueden, jóvenes que quieren una
relación de pareja estable y sólo consiguen parejas temporales, personas que
quieren disfrutar pero sufren por cualquier tontería, personas que quieren ser
cariñosas, mostrar amor a su pareja y no pueden …
Son personas que saben qué
hacer porque todo el mundo se lo dice: levántate pronto, duerme lo suficiente,
no te entretengas con el ordenador, la tele, quédate en casa en vez de salir
tanto, no seas tan intransigente sé más tolerante con el otro, no te quedes
enganchado a una tontería, busca cada día algo que te haga feliz, sé positivo,
piensa que lo lograrás … Ya han intentado todo eso y sufren por no haber podido
conseguir, lo que otros sí, siguiendo estos consejos, instrucciones…
Todos en algún momento hemos
dicho, o hemos hecho algo que no queríamos hacer o decir y no sabemos porqué
¿Por qué no siempre querer es
poder?
Todos conocemos a personas que
actúan en su día a día de una forma que siempre les lleva al mismo desenlace del que
continuamente se lamentan: prestan dinero a amigos que nunca lo devuelven,
tienen amistades que siempre les traicionan de una u otra forma, se relacionan
con el otro sexo pasando siempre por las mismas fases y finalizando siempre de la
misma manera, siempre se sienten engañadas por los demás, mujeres
maltratadas que vuelven una y otra vez con el maltratador, las personas adictas … Esto se debe a lo que Freud denominó la
compulsión a la repetición.
La compulsión a la repetición se
define como la tendencia a la repetición de experiencias penosas como los
fracasos, conflictos, rupturas amorosas, soledad … etc
Esta compulsión a la repetición
está presente en lo que denominamos
NEUROSIS DE DESTINO
La repetición no tiene que ver
con la reproducción de algo ya vivido sino con que el inconsciente está
estructurado como un lenguaje. El sujeto recibe la cadena significante que lo
constituye. Creemos que decimos lo que queremos pero es lo que han querido otros, especialmente
nuestros padres.Son dichos que nos marcaron. Estamos hechos de frases de las
que no somos autores y que se repiten.
Consulta una mujer, treinta y
cinco años, porque dice que tiene problemas para relacionarse con los demás,
especialmente con los hombres, porque tiene muy mal carácter. Le gustaría tener
una pareja estable, un hijo. Tiene dos hermanas mayores y las reuniones
familiares siempre acaban igual: lo que ella dice no es escuchado, sólo recibe
reproches porque sus padres y hermanas piensan que debería plantearse cambiar
de vida, buscar una pareja, otro trabajo, trabaja en un pub por la noche
poniendo copas, cócteles. Ha tenido relaciones de pareja cortas. Cada vez que
comenta que ha tenido un problema con algún compañero o compañera de piso su
madre le dice: “No, si ya verás, con el carácter que tú tienes te vas a quedar
sola”. Este dicho funciona como una orden que ella obedientemente trata de
cumplir,de forma inconsciente, relacionándose solo con hombres con los que, por una causa u otra, no
es posible mantener una relación estable
Una chica de treinta años
consulta porque no puede manifestar su amor. No le sale, sólo le “sale” con su
hijo de un año, con sus sobrinos. No sabe porqué. Su pareja continuamente le
demanda caricias, detalles, y esto está causando malestar en la pareja. En una
entrevista dice: “Desde pequeña he sido así, en mi casa no somos de caricias
sobre todo yo, mi madre me decía que era como un cacho de carne con ojos”
Una de las neurosis de destino
más frecuente con la que nos encontramos en la práctica es la de quedar
disponible para cuidar de los padres cuando éstos sean mayores. Para ello los
hijos no deben establecer compromisos de pareja definitivos, ni constituir
familia, ni tener hijos. Estudiar una carrera que no se desea, no estudiar,
trabajar con los padres… son otras formas de la neurosis de destino.
Descubrir gracias al análisis que
uno está determinado por determinados significantes, por mandatos inconscientes
permite al analizante desmontar la neurosis y dirigir su vida de acuerdo con
sus propios deseos
En otros casos la repetición es
por identificación con los padres.
Un muchacho consulta porque estudia
arquitectura. Está haciendo ya cuarto estudia pero cuando
llegan los exámenes de fin de curso empieza a sentirse mal, no puede
concentrarse, los acaba haciendo con un gran esfuerzo y siempre le
queda alguna asignatura. Su padre, que no pudo estudiar y ahora trabaja como
conductor de un camión de recogida de basura , cada vez que se queja de no
poder estudiar, de no concentrarse, le dice: “Tú no estudies y
acabarás como yo, trabajando con la basura”
¿Por qué repetir experiencias
penosas que nos llevan al fracaso, al malestar? Por los sentimientos de culpabilidad. Los
sentimientos de culpabilidad tienen su origen a una edad muy temprana,
alrededor de los tres primeros años de vida momento en que el niño descubre que
todo lo que le gusta es prohibido, castigado por los adultos. El niño además, se va a
sentir culpable por sus fantasías amorosas, eróticas con el progenitor del otro
sexo y por las de excluir, destruir al del propio sexo.
Los sentimientos de culpabilidad
pueden ser más o menos fuertes. Cuando son muy fuertes pueden producir todo
tipo de síntomas, manifestaciones somáticas, obsesiones, depresión, angustia, y
afectar a la vida de relación en general y a la sexualidad en particular.
Impiden que el sujeto disfrute, siempre le dirigen al sufrimiento. Que los
sentimientos de culpabilidad sean más o menos fuertes dependerá del amor, del
cariño, que reciba el niño desde que nace por parte de sus padres.
No sólo tenemos una voluntad
consciente, tenemos muchos contenidos inconscientes que dirigen nuestra
voluntad consciente en otra dirección,
llegar al conocimiento de estos contenidos inconscientes nos permitirá
disminuir su poder y evitará que controlen nuestra vida.
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